Machetearte: agradable sorpresa

Lo compré una primera vez cuando estaba en la preparatoria, me sentía digna de persecución gubernamental dando dinero a un periódico contestatario y de izquierda. Con mi ejemplar entre manos, descubrí la decepción de encontrarme un panfleto comunistoide, con garrafales faltas de ortografía, en un papel tan barato que se desteñía y con un contenido tan opinativo y cargado de ideologizaciones, que aturdía.

Esta vez, de regreso de la Universidad, me lo dio Mony, la misma Mony que estuvo unos meses en 1° de prepa y luego desapareció, la misma Mony de los abundantes chinos pelirrojos que gustaba de leer El Capital, pues Mony me lo entregó directamente en la mano y no pude regresaelo con sonrisa acompañada de un "no, gracias". De modo que lo tomé y cooperé...

Agradable sorpresa fue encontrarme con un Machetearte mucho más maduro, más cercano al periodismo de opinión que al volante político; con mayor información, cuidado de la redacción. Aún con errores, pero incluso con diseño. Dan voz a algunas notas importantes de la política, pero también a aquellas cuya difusión es menor por los medios comercialea u "oficiales" como llaman a los permisionarios.

La mejora de formato salta a la vista, la impresión es más limpia y el papel revolución, quizá de un gramaje muy bajo, pero evita las manchas de tinta.

Será que me he vuelto benévola para criticarlos, que realmente mejoraron o que a pesar de sus claras tendencias hacia la izquierda radical, sus raquíticas ocho páginas de las cuales dos son un póster de Benedetti, y sus fallas de redacción, en tiempos como estos, un medio independiente, aunque tenga sesgos importantes y claras faltas de objetividad, vale la pena defenderlo por lo que es: un esfuerzo para la diversidad.