Malas compañías

Puede parecer sumamente extraño, entre otras razones porque generalmente el rol es al revés, y porque no son el mismo tipo de compañías; pero sospecho que a mi mamá le afecta juntarse conmigo...

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Todo comenzó un nublado sábado en el que nos preparábamos para los XVaños de la hija del militar, todo un suceso, según su madre --quien fue en realidad la planeadora de la ostentosa fiesta---. "Etiqueta rigurosa", decía la invitación. Rebelde a los convencionalismos por mi naturaleza anárquica, me negaba a peinarme en la estética y aún así, por chantaje de mi madre, me hice un chongo bastante modesto. No vestido convencional, uno negro. Nada de accesorios comunes, perlas, y guantes negros arriba del codo.

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La fiesta se desarrolló normal, una Hummer limo, una misa en la sagrada familia, un salón en Zona Rosa, cinco [sí, CINCO, más las repeticiones] bailes de la quinceañera, todos entretenidos mirándola bailar al ritmo de Whitney Houston, Luis Miguel, la típica samba de Baile Caliente, una salsa que no recuerdo y un intento de música disco ochentera-Madonna [perdón Aza, eso era]. Los invitados no fuimos requeridos a bailar, hasta que el conjunto hizo el popurrí en el que regalan los globos, silbatos, sombreros y demás objetos que se ocuparán en coleccionar polvo o terminarán en la basura con el tiempo.

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No había terminado pero los tres adultos cascarrabias que conformamos esta familia estábamos más que aburridos y abandonamos la fiesta. Mientras retiraba de mi cabeza el medio centenar de pasadores que luz me puso para que el chongo se viera "natural" mi mamá me dijo:

--¿Sabes, Mariana? Me sacan de onda estas fiestas, son un culto a la belleza física. A nadie le importa si eres inteligente, culta, lo mucho que estudies o trabajes, es sólo para verse bonita. No puedo dejar de pensar que al ir fuimos partícipes de esa ideología que es, al final del día, la que le inculcamos a la quinceañera.

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Traten de cerrar la quijada, ¿mi mamá dijo eso? ¡Caray! pero si ella no era así...

Antes también se esforzaba por verse bonita, encontrar el vestido que le sentara mejor, los zapatos más adecuados, los accesorios mejor combinados, sin reparar demasiado en el significado simbólico del acto. Siempre ha sido una mujer muy inteligente, pero conservadora, al estilo de los médicos. Sin duda estoy de acuerdo con ella, pero no dejo de pensar que la presencia de mis Proceso por la casa o Día Siete en lugar de Tv Notas [reservada, junto con Quién y Caras, para la literatura de estética], aunado seguramente a que devoró Los Hijos de Sánchez en un par de días ha causado estragos en su pensamiento.

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He hecho de mi madre un ser más infeliz, pero consciente. Juzgue usted su preferencia.