Mojada

"no hay nada más real que una mujer mojada"

Esa frase la escribió una primer ministro de nosédónde a partir del gran escándalo desatado por su foto en el facebook en el que salía desnuda en la ducha. Bueno, suponen que está desnuda porque los hombros así se le ven.

Toda clase de sicalípticas interpretaciones han surgido a partir de ello, pero sólo tiene un sentido, y es que bajo el agua nada puede fingirse. No hay "ropa favorecedora", no hay maquillaje, ni falsificaciones.

Hoy fue un día lluvioso y nublado, más parecido al gris oxford. De regreso de la famosa Feria del Libro del Palacio de Minería, que por demás está decir que no se la pueden perder, comenzó a llover a con tremendas gotas y yo caminé del Palacio de Minería a Reforma.

Quién sabe qué encanto tiene para mí el agua. Soy la persona a la que menos le importa caminar bajo la lluvia, quizá lo único que puede preocuparme es la gripe próxima a cualquier empapada. Pero me encuentro de lo más cómoda en la mitad de la lluvia como peatona.

Recuerdo aquella canción cursi de Ricardo Montaner llamada... ¡ah! "Tan enamorados". Sólo recuerdo el fragmento: "Y cuando llueve, te gusta caminar/vas abrazándome, sin prisa, aunque te mojes".

Los invito a que caminen bajo el agua, abrigados, de preferencia, atrévanse a ser de verdad bajo el agua que termina con todas las mentiras de lo que somos. Con la ropa pegada al cuerpo, somos quienes somos. Somos de realidad.